jueves, 4 de febrero de 2010

Reflexiones

La mente humana es muy compleja, todo el mundo es consciente de ello.

Gracias a ella alcanzamos nuestros más profundos sueños, llegamos a tocar nuestras cosas más preciadas y a las personas que más queremos.
Al pensar, al imaginar, podemos recrear todo lo que deseemos, en un mundo irreal. ¿No es maravilloso?

La parte oscura de todo esto, me temo que son las emociones. A través de ellas podemos sentir los momentos más hermosos de nuestra vida, pero sin embargo vivir las peores experiencias jamás contadas. Nuestra memoria trae buena cuenta de ellas, pero aún no sé por qué, suelen tener más fuerza los malos recuerdos sobre los buenos, sobre todo en las épocas en las que los ánimos están más bajos. Éstos recuerdos nos llevan a la amargura más de una vez, y parece que gobiernan sobre los buenos, haciendo de algunos momentos todo un calvario que, personalmente, no le deseo a nadie.

Admiro a esa gente que es capaz de olvidar a voluntad las malas experiencias que vivieron en su niñez, que ahora no son más que un vacío temporal en su cabeza.

Aunque a veces, sólo porque estás tocando la felicidad con la punta de los dedos, te gusta pensar que las malas épocas terminaron, y por qué no, las recuerdas sólo para jactarte de que ahora tienes una vida mucho mejor.

El ser humano es así.


''Utilizamos el encéfalo para estudiar nuestro propio encéfalo. A no ser que llegue un ser superior y descubra nuestros secretos, nunca podremos descifrar todo lo que hay en nuestra cabeza.''



S.

2 comentarios:

  1. sinceramente, no creo que se deba olvidar ninguna experiencia que hallas tenido, y menos las malas, para asi poder evitarla, pero aunque muchos no lo crean cuesta poco ser feliz y no estresarse cuando estamos en malos momentos.

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  2. Preciosa entrada. Pero no admires a la gente que olvida las malas experiencias... olvidar nuestros errores nos condena a cometerlos de nuevo. Besos

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