lunes, 15 de septiembre de 2014

Siempre podemos bailar.

-¿Quieres bailar, abuela? -Le había dicho a la matriarca.
Sabía que las cosas no iban bien, y también sabía que a su abuela le había gustado bailar toda su vida. Por supuesto y como ocurre en todas las familias había tenido sus más y sus menos con ella, al fin y al cabo tuvo que cuidar sola de cuatro hijos en tiempos de posguerra y eso la convirtió en una mujer con mucho carácter.
Pero era su familia.
Y había cuidado de él casi toda su infancia y parte de su adolescencia, aunque hacía ya dos años que él no le hablaba. Estaba tan desmejorada, en la cama, sin poder moverse... Había empeorado mucho en estos dos años.
Su enfermedad del corazón, junto con el cáncer, habían hecho un cóctel explosivo. Y él se reprochaba mucho el no haber estado ahí para ella.
Pero había vuelto y allí estaba, a su lado, pidiéndole que bailase, a sabiendas de que apenas podía incorporarse en la cama de hospital.
Siempre le ponía muy contenta que sus hijos, sus nietos o incluso sus amigas le pidieran que bailase. Ella era feliz bailando.

-Claro, hijo. Sean cuales sean las circunstancias, siempre podemos bailar.

Siempre recordaba esas palabras en sus días tristes.
Le animaba saber que había estado con ella en sus últimos momentos a pesar de aquellos dos años, y que sus últimas palabras fueron sobre lo que más le gustaba.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Always Alicia

Desde bien pequeña tengo cierta obsesión con el personaje de Alicia. Sí, lo que ya comentaba en la entrada anterior, la Alicia de Lewis Carroll. Primero con la película de Disney que vi de niña, y por la que acabé desarrollando un amor (casi) fraternal. Al gato de Chesire, al Sombrerero, a las cartas de la baraja y al erizo que golpean jugando al críquet.

¿Por qué Alicia? ¿Por qué Disney llevando a la animación un libro tan adulto y complicado?

En aquellos años no lo entendía, pero cuando creces te das cuenta de la analogía del libro, y de la película. No es la historia de una niña que se cae por el tronco de un árbol siguiendo un conejo hasta un mundo de fantasía.

Es la historia de una niña que huye de su realidad, y se crea su propio mundo. El conejo es la libertad que ella persigue, y la Reina Roja es la realidad que la intenta abofetear a cada minuto. Alicia quiere ser como el gato de Chesire que ella misma se inventó, libre de poder ir de un lado a otro cuando quiera sin tener que cargar con el peso del fin de su adolescencia.

La biología nos dice que en situaciones de estrés, la adrenalina nos hace decidir entre huir o luchar. Y lo que entresacamos del contexto de la historia "real" de Alicia es que ella tuvo una situación en la que no le quedó más remedio que plantarse, y huir. Al menos su mente huyó detrás de un conejo blanco, pero el libro no nos dice nada de su cuerpo. Su cuerpo se quedó, seguramente, para luchar por sobrevivir en una habitación de paredes blancas. Su mente, hablando con una oruga azul, feliz por tomar el té a la hora de no tomar el té.

¿Por qué Disney quiso llevar esta película a la pequeña pantalla?
Para recordarnos, desde bien pequeños, que siempre se lucha para sobrevivir.